En los últimos años los Pueblos Indígenas de Brasil ha enfrentado fuertes presiones que se están intensificando en todos los espacios de poder del Estado. En el parlamento, están prevaleciendo en todos sus niveles, los intereses de grupos mayoritariamente contrarios a los derechos de los pueblos indígenas. Teniendo en cuenta que es en el parlamento el lugar donde se construyen reglamentos legales que vinculan a toda la sociedad, se hace necesario vernos en ese espacio como estrategia para el empoderamiento de nuestros pueblos y conseguir que se dé forma efectiva a nuestras luchas, y pautas sean evidenciadas y transformadas en instrumentos de resistencia y de poder en ese contexto acentuado de correlación de fuerzas y de ataques permanentes a los derechos indígenas.
Son evidentes los prejuicios causandos en las cámaras de concejales en los municipios que poseen poblaciones indígenas, y en las asambleas legislativas, pero que no tienen representación indígena. Tales prejuicios son mayores en el ámbito del Congreso Nacional que en su composición no posee ni siquiera un representante indígena. Esa característica da margen para la fuerte agenda reaccionaria, fundamentalista y de intereses de los grupos económicos, con atención para la bancada ruralista, que históricamente actúan como enemigos de los Pueblos Indígenas.
En las últimas elecciones municipales, actuamos fuertemente en el impulso al lanzamiento de candidaturas indígenas en todo el territorio brasileño. Esa táctica generó resultados importantes. Centenas de candidatos indígenas compitieron por los cargos de veedores y alcaldes en diversas ciudades del país. Alcanzamos la marca histórica de 167 indígenas electos para los cargos de veedor y 05 indígenas electos alcaldes en sus ciudades de origen, por lo que creemos que esas elecciones definieron una agenda progresista y positiva que tiene como foco la lucha y exigencias de los pueblos originarios y las comunidades tradicionales, la pauta de los derechos humanos, la defensa del medio ambiente y de la democracia, en fin, un conjunto de políticas sociales conquistadas por toda la sociedad brasileña.
El sistema político no obstante es arcaico, fundado en el poder económico e instrumentalizado por las élites de este país. Por esas razones se hace necesario continuar luchando por la reforma política, que no se reduzca a la reforma electoral, para asegurar a los distintos segmentos de la sociedad tradicionalmente marginalizada de los espacios de poder y de democracia real y participativa, que permitan por ejemplo a los pueblos indígenas participación en las disputas electorales, sea por medio de la vía clásica partidaria, de colegios electorales diferenciados o de mecanismos autónomos de organización social propia, espacios colectivos de decisión.
Considerando que en 2018 todo el país estará votando para las elecciones a cargos de diputados, gobernadores y presidente de la República, el foco es que nuestros pueblos no actúen más como meros coadyudantes en ese proceso de elección. Por eso, convocamos a todos los pueblos indígenas de Brasil para que a partir de ahora, inicien sus discusiones en el ámbito local y regional sobre las necesidad de lanzar cada vez más candidatos indígenas para la disputa en estas próximas elecciones, guerreras y guerreros alentados, dispuestos a ocupar el parlamento en los estados y en el Congreso Nacional. Llevar la agenda de lucha de los pueblos indígenas para el debate político debe ser encarnado como una misión de todo el movimiento indígena brasileño.
Por un parlamento cada vez más indígena!
Brasília-DF 31 de enero del 2017
Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil – APIB