Siguiendo la intención de exterminar a los pueblos indígenas de Brasil, el gobierno Jair Bolsonaro intensifica su posición de cuando el Presidente aún era diputado, cuando afirmó el 15 de abril de 1998, que “la caballería brasileña fue muy incompetente. “Competente, fue la caballería norteamericana, que diezmó a sus indios en el pasado y hoy en día no tiene ese problema en su país”.
En la mañana de hoy recibimos la noticia de que su ministro de justicia y seguridad pública, Sérgio Moro, publicó el decreto n. 441 que autoriza el uso de la fuerza nacional de seguridad en la explanada de los ministerios y en la plaza de los tres poderes en Brasília durante los próximos 33 días. Esta medida fue incentivada por el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) y tiene como uno de los motivadores la realización del Campamento Nacional Indígena: Tierra Libre (ATL), que tendrá lugar en Brasilia en los días 24 a 26 de abril. No es menester mencionar que el Decreto 5289/2004, que fundamenta la mencionada ordenanza, dispone como acción a ser desarrollada por la Fuerza Nacional de Seguridad, con apoyo de servidores civiles, lo opuesto al que se pretende con el uso de la fuerza, o sea, apoyar las acciones destinadas a proteger a los individuos, grupos y órganos de la sociedad que promuevan y protejan los derechos humanos y las libertades fundamentales.
El ATL es un encuentro de líderes indígenas nacionales e internacionales que busca el intercambio de experiencias culturales y la lucha por la garantía de nuestros derechos constitucionales, como la demarcación de nuestros territorios, acceso a la salud, la educación y la participación social indígena. Nuestro campamento viene sucediendo anualmente desde hace más de 15 años, siempre en forma pacífica buscando dar visibilidad para nuestras luchas cotidianas, siempre invisibilizado por los poderosos. Si es de interés del General Augusto Heleno desalentar el uso de la violencia, que ocupe los latifundios que avanzan sobre nuestros territorios y matan a nuestros parientes.
¿De qué tienen miedo? ¿Por qué nos niegan el derecho de estar en ese lugar? ¿Por qué insisten en negar nuestra existencia? ¿En vincularnos a intereses ajenos a los nuestros? En hablar de nosotros y mentir sobre nosotros?
Nuestro campamento no es financiado con dinero público como dijo el presidente Jair Bolsonaro, es totalmente autofinanciado con la ayuda de diversos colaboradores y sólo sucede por el sudor de tantas y tantos que lo hacen posible.
Desgraciadamente el Gobierno no se dispone a oír y no ayuda con nada, lo que a nuestro entendimiento debería ser su papel. Es necesario acabar con la farra con el dinero público y eso no se hará con la congelación del salario mínimo, o cortes en salud y educación. Se hará con el fin de la corrupción, de los cheques, de conductores naranjas o de tantos otros escándalos que vemos por ahí.
¡Dejen de incitar al pueblo contra nosotros! No somos violentos, violento es atacar con tropas armadas el derecho sagrado a la libre manifestación, el derecho de ir y venir de tantas brasileñas y brasileños que anduvieron y anduvieron por esas tierras desde mucho antes de 1500.
Que lo sepan: La historia de nuestra existencia, es la historia de la tragedia de ese modelo de civilización refrendado por el actual gobierno que pone el lucro sobre la vida, somos la resistencia viva, y en los últimos 519 años nunca nos acobardamos ante los hombres armados que querían decirnos cuál era nuestro lugar, ahora no será diferente. Seguiremos en marcha, con la fuerza de nuestra cultura ancestral, siendo la resistencia a todos esos ataques que estamos sufriendo.
¡Dígale a los pueblos que avancen!