En memoria de nuestros antepasados, quienes nos dieron su vida para que podamos existir. En memoria de los ‘encantados’ que nos trajeron aquí para continuar su lucha en defensa de nuestros cuerpos, tierras y territorios, nuestra identidad y culturas diferenciadas, comunicamos a las sociedades brasileña e internacional que permaneceremos permanentemente movilizados en defensa de la VIDA y de la DEMOCRACIA.
Nuestra lucha no es solo para preservar la vida de nuestros pueblos sino de toda la humanidad, hoy seriamente amenazada por la política de exterminio y devastación de la Madre Naturaleza impulsada por las élites económicas -que heredaron la codicia del poder expansionista colonial, mercantil y feudal- y por gobernadores como el genocida Jair Bolsonaro.
La Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) inició el 22 de agosto el campamento Lucha por la Vida en Brasilia y reafirma en esta carta que permaneceremos movilizados hasta el 2 de septiembre de 2021 para luchar por nuestros derechos. Hoy, esta es la mayor movilización en la historia de los pueblos originarios, en la Capital Federal, lo que refuerza nuestra afirmación: ¡nuestra historia no comienza en 1988!
Incluso poniendo en riesgo nuestras vidas, en el contexto todavía gravemente peligroso de Covid19, estamos aquí para decirles a los invasores de nuestros territorios que no pasarán, a pesar de los intensos ataques a nuestros derechos fundamentales garantizados por la Constitución Federal de 1988.
Ocupamos los medios de comunicación, las calles, los pueblos y Brasilia para luchar por la democracia, contra la agenda racista y anti-indígena que está implementando el Gobierno Federal y el Congreso Nacional y para monitorear el juicio en el Supremo Tribunal Federal (STF), que definirá el futuro de nuestros pueblos.
Durante el mes de junio de 2021, realizamos el Levante por la Tierra, inaugurando nuestras primeras actividades in situ (después de la pandemia), en Brasilia, para enfrentar el agravamiento de la violencia contra la vida indígena. A partir de entonces, iniciamos un nuevo ciclo de luchas, considerando que, desde marzo de 2020, solo nos reunimos virtualmente y dentro de nuestros territorios, debido a la pandemia.
Ante muchos virus, incluida la política genocida de Bolsonaro, iniciamos nuestra ‘Primavera Indígena’ que pretende ocupar Brasilia constantemente, en 2021, además de continuar en las redes sociales y en los territorios movilizados.
Del 7 al 11 de septiembre, las mujeres indígenas estarán en la primera línea para enterrar de una vez por todas la tesis del marco temporal, durante la Segunda Marcha de Mujeres Indígenas: las originarias reforestando mentes para la cura de la Tierra.
El día 26, el STF inició la sentencia que definirá la demarcación de Tierras Indígenas (TI). Sin un final a la vista, los pueblos indígenas aún se movilizan para monitorear el resultado de las votaciones de los magistrados de la Corte Suprema.
Lucharemos hasta el final para mantener nuestro derecho original a las tierras que tradicionalmente ocupamos y protegemos. Ser parte de este país, manteniendo nuestra condición de pueblos culturalmente diferenciados, aunque las autoridades públicas y las corporaciones privadas nos consideren obstáculos al desarrollo. Este desarrollo, que desde los inicios de la invasión europea ha sido devastador, etnocida, genocida y ecocida, y que en los tiempos actuales ha encontrado, y no por casualidad en este desgobierno, un prototipo para perpetuar su proyecto de dominación.
¡Somos hijos de la Tierra! Y la Tierra no es nuestra, somos nosotros los que formamos parte de ella. Es el útero el que nos genera y los brazos los que nos acogen. ¡Por eso le damos nuestra vida! En nuestra tradición nunca ha existido este tema de regular quién es dueño de la tierra o no, ya que nuestra relación con ella nunca fue de posesión. Nuestra posesión es colectiva como es el usufructo. Este es el fundamento básico de nuestra existencia, lo que todavía no es comprendido por el desconocimiento de la llamada cultura de la civilización occidental, incluso después de 521 años.
Esta contradicción está en la base de las disputas que los herederos o descendientes de los invasores insisten en mantener contra nosotros. ¡Se disputan implacablemente nuestros territorios sin tregua, durante las diferentes fases de la formación y configuración del Estado Nacional Brasileño y en la actualidad!
Las élites neocoloniales, también promotoras y beneficiarias de la dictadura militar, se apoderaron de la más grande parte del actual Congreso Nacional y continúan defendiendo la continuidad de su control hegemónico, dominación sobre cuerpos, tierras y territorios y no solo pueblos indígenas. Pretenden hacernos creer que van a traer desarrollo a Brasil, cuando, de hecho, están impulsando un Proyecto por la Muerte de la Madre Naturaleza – de bosques, ríos, biodiversidad – y por los pueblos y culturas que poseen sabiduría milenaria acumulada, fuera de las instituciones científicas. Según los datos más recientes del Panel de Cambio Climático de la ONU, existe un aumento innegable de la temperatura del planeta, inundaciones, entre otros desastres ambientales, obviamente provocados por este modelo de desarrollo.
Teniendo en cuenta todos estos factores, decimos NO a todas y cada una de las iniciativas que ignoren nuestra protección histórica y estratégica de la vida, de la humanidad y del planeta. También decimos NO a todos aquellos que se proponen violar nuestros derechos a través de cientos de acciones administrativas, legales, legislativas y judiciales.
Nuestra historia no comenzó en 1988, y nuestras luchas son milenarias, es decir, han persistido desde que los portugueses y los sucesivos invasores europeos llegaron a estas tierras para apoderarse de nuestros territorios y sus riquezas. Por eso seguiremos resistiendo, reclamando respeto por nuestra forma de ver, ser, pensar, sentir y actuar en el mundo.
Bajo el amparo del texto constitucional, confiamos en que la Corte Suprema refuerce nuestro derecho original a la tierra, que no depende de una fecha concreta de prueba de ocupación, como defienden los invasores. A través de la tesis del marco temporal, los colonizadores actuales quieren ignorar que ya estábamos aquí cuando sus ascendientes diezmaron a muchos de nuestros antepasados, levantando el estado nacional actual sobre sus cadáveres.
Apoyados por nuestra ascendencia y el poder de nuestros pueblos, nuestra espiritualidad y la fuerza de nuestros espíritus encantados que aprecian el Bem Viver (Buen Vivir), nuestro y de la humanidad, ¡decimos no a la tesis del marco temporal! Llamamos a las sociedades nacionales e internacionales, en especial a las distintas organizaciones y movimientos sociales que siempre han estado con nosotros, y sobre todo a nuestras bases, pueblos y organizaciones indígenas a permanecer vigilantes y movilizados en defensa de nuestros derechos.
Brasilia – DF, 27 de agosto de 2021.
Campamento Lucha por la Vida
Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil – APIB
Movilización Nacional Indígena – MNI